Puede ser que, en este momento, estés siendo parte de una relación la que las cosas simplemente ya no funcionan. En donde enfrentan los mismos problemas desde hace un tiempo y no logran resolver sus diferencias para dejar de discutir. Y sí, tienes que aceptar la realidad. Puede ser que estén pasando por alguno de los baches normales propios de todas las relaciones, pero si estás segura de que no es así y que puede ser que la relación esté llegando a su fin, sobre todo si en ambos ya aprecia cierto cansancio, entonces es mejor que pienses dos veces si vale la pena seguir en esta relación.
No temas avergonzarte, a muchas nos ha pasado, creemos que lo tenemos todo, cuando simplemente nos queda un amor que hemos idealizado. Tendemos a acordarnos de cómo era la relación en un principio o de momentos especiales en los que fuimos felices. Pero, esa ya no es la realidad cotidiana y no sabemos si podemos volver a eso. A veces, sabemos que ciertas situaciones que han pasado han hecho que la relación se rompa irreparablemente.
A veces, cuando nos queremos separar, puede detenernos el miedo a la soledad, a lo que diga la gente o simplemente, tal vez no estamos tan seguras de poder seguir con nuestra vida solas.
Tomando en cuenta lo anterior, es primordial que sepas identificar si es que es momento de decir adiós. Para esto dejamos estos cuestionamientos a continuación.
¿Sientes que no hay nada más por hacer?
Si sientes que no hay nada más que puedas hacer para mejorar la relación, entonces confía en tu criterio, con seguridad sabrás reconocer si debes decir adiós.
Sabemos que la decisión de terminar una relación es un proceso que necesita tiempo. Roma no se construyó en un día, tu relación tampoco. Por lo mismo, tampoco debieses terminarla, así como así, no debiese ser una decisión impulsiva y menos, a partir de una decisión arrebatada. Éstas con seguridad, no te llevarán a un buen puerto. En ocasiones, por más que se intente, no es tan fácil salir de un hoyo.
¿Crees que “fracasaste”?
Sólo fracasa quien no lo intenta. Por lo tanto, no significa que seas una fracasada, debido a que tu relación llegue a su punto final y tampoco significa que hay algo malo en ti. A veces, las cosas funcionan de la manera en la que las hemos planeado y muchas otras veces, no. Así es la vida.
¿Tienes miedo al cambio?
Temer a lo desconocido es muy común, pues es algo que puede desestabilizarnos por un tiempo. A pesar de que creamos tener todo bajo control, siempre pueden ocurrir hechos que nos modifiquen radicalmente. Separarte no tiene que ser algo malo. Pero tienes que sentir que estás una relación ya no te nutre, que no te hace crecer o en la cual ya no la estás pasando bien. Para que no te arrepientas.
Al respecto, si es que, al pensar en separarte, piensas en los contras, tal vez significa que no estás tan lista para dar el siguiente paso, en cambio, si es que las ventajas son las que resaltas, entonces estás preparada para este cambio.
¿Te preocupa el qué dirán o te sientes culpable?
Los demás siempre van a tener su propia opinión, si estás pensando en ellos, te recomendamos que también analices si no es demasiado alto el costo emocional que estás pagando – y haciendo pagar a tu compañero – para mantener una relación que no está funcionando.
También es importante que te des cuenta que el sentirte culpable, sólo te mantendrá atascada en la misma situación. El perdonarnos es una manera de librarnos de las ataduras internas que no nos dejan soltar las relaciones en las que ya no somos felices, ni nosotros, ni nuestra pareja. Es normal que en una separación o divorcio todos salgan lastimados, pero es peor vivir sufriendo en una relación que no tiene frutos. Así que perdona, perdónate por lo que ambos han hecho mal y harás que el adiós sea más fácil. Mientras antes lo hagas, antes puedes empezar a averiguar cómo seguir con tu vida.
¿El apego no te deja avanzar?
El apego es la contracara del buen amor. Estar en pareja significa elegirse a diario desde la libertad. Si queremos que alguien venga a completarnos, nuestras relaciones tenderán a no ser muy sanas. Si crees que, sin la otra persona, no podrás seguir o enfrentar tu vida, recuerda que todos podemos salir adelante de cualquier situación. Si no te sientes capaz, entonces deberías pedir ayuda profesional.
¿Te frenan tus hijos?
Es normal que uno como mamá tenga en mente, en todas las decisiones, en hacer lo que es mejor para nuestros hijos. Al respecto, se sabe que, aunque tú con tu pareja no discutan, los niños tienen una alta sensibilidad y perciben que ya no existe la armonía que había antes y que tal vez ya no hay amor. Entonces te recomendamos que pienses en el ejemplo de matrimonio que les estás dando y en el ejemplo de mujer que están viendo. Recuerda que los niños aprenden más con tus acciones que con tus palabras. Y en este caso, lo que les estás demostrando es que uno debe continuar en una relación, aunque no esté a gusto. Por otro lado, les estás mostrando un matrimonio que no es feliz y no quieres que más adelante ellos repitan eso.
Así que, aunque al principio les cueste entender que papá y mamá no estarán más juntos, con el tiempo lo aceptarán y será mejor para todos.
¿Crees que estás fuera de edad para recomenzar?
La edad es una cuestión de actitud ante la vida. Alrededor del mundo hay millones de ejemplos de esto. Si crees que porque tienes más de 40 o 50 años, no podrás volver a tener una relación sentimental, te equivocas, pues son cada vez más las personas que se dan una nueva chance en el amor. No hay razón para pensar que tú no puedas hacer lo mismo.
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