“Me duelen tanto los pies” es una expresión que escuchamos a menudo y que hemos usado nosotros mismos. Es que son bastante comunes los problemas en los arcos o las plantas, en los dedos, en los talones y en el empeine.
Estos problemas pueden afectar las articulaciones o bien la parte muscular, los huesos e incluso los nervios. Y si bien algunas dolencias vienen con la edad, no son solo adultos mayores quienes sufren de estos males.
Los pies aguantan… hasta que duelen
Son 26 huesos (12,5 % del total del cuerpo), 33 articulaciones y más de 100 músculos y tendones los que están en la anatomía del pie. Y con tantos elementos, no es de extrañar que alguno duela.
Sobre todo si tomamos en cuenta que los pies soportan todo el peso del cuerpo. Y además de que nos ayudan a mantenernos parados, con ellos podemos caminar, correr y hasta patear un balón de fútbol.
En un pie sano, los tejidos duros y blandos trabajan juntos para absorber los impactos y manejar el peso. Pero el desgaste, una lesión, una mala posición o un calzado inadecuado pueden causar complicaciones; de esas por las que nos duelen tanto los pies
Razones por las que duelen tanto los pies
En la porción terminal de las extremidades inferiores, los problemas más frecuentes pueden ser consecuencia del mal apoyo, un calzado inadecuado, el uso excesivo, las deformaciones o las lesiones. A continuación conoceremos cuáles son las razones por las que nos duelen tanto los pies.
1. Fascitis plantar
Los músculos están recubiertos por unas membranas conocidas como fascias, gracias a las cuales se reduce la fricción y se facilita el movimiento. Sin embargo, esta membrana se inflama.
Es lo que ocurre con la fascitis plantar, un problema bastante común que afecta de manera particular la fascia que va del talón a la parte anterior del pie. Esto causa dolores agudos y punzantes en la planta o en el arco. Estos suelen ser más graves al levantarse o tras períodos prolongados de descanso
A menudo, se ha relacionado con la presencia de depósitos calcáneos debajo del talón (espolones). Aunque también se considera que usar zapatos inadecuados, con poco soporte, así como permanecer de pie durante largos períodos, correr en superficies duras o caminar descalzos contribuyen con su aparición.
Las fascitis pueden remitir en unos meses, pero requieren reposo, lo que significa suspender la actividad física que exige mucho esfuerzo para el pie. Para prevenirla se recomienda usar un calzado que tenga arco, pero que no se deforme
2. Metatarsalgia
La metatarsalgia es otra posible causa por la que duelen tanto los pies. Como su nombre lo da a entender, se caracteriza por dolor e inflamación en la zona del metatarso, o lo que es lo mismo: detrás de los dedos
De acuerdo con una investigación, el 80 % de las personas puede haber experimentado metatarsalgia en algún momento. Se piensa que se produce por realizar actividades que impactan y estresan la planta del pie, como correr y saltar.
3. Neuralgia
Un problema en el sistema nervioso también puede ser la causa de que nos duelan tanto los pies. Aunque las neuropatías son más complicadas de diagnosticar y tratar que otras afecciones.
En este caso, se encuentran afectados los nervios digitales de la planta del pie, que transmiten las sensaciones desde los dedos. La inflamación o el agrandamiento de los mismos puede percibirse como hormigueo, entumecimiento, ardor, calor o sensaciones punzantes.
Puede deberse a una enfermedad o una lesión. En general, las mismas actividades que desencadenan metatarsalgia, también pueden provocar un neuroma. Esto incluye correr en exceso o sobre superficies duras, usar tacones altos con frecuencia o calzado sin soporte o amortiguación adecuados
4. Sesamoiditis
A pesar de su nombre extraño, la sesamoiditis es una lesión relativamente común en personas que practican danza, hasta el punto de se le conoce como dedo de bailarín. Debe su nombre a los sesamoideos, que son huesos pequeños debajo del dedo gordo (no todas las personas los poseen).
La sesamoiditis se produce por los repetidos microtraumatismos al caer, sobrecargando la zona. Se manifiesta con inflamación y dolor. Si la sobrecarga es excesiva, puede sobrevenir lo que se conoce como fractura por estrés.
5. Osteoartritis
La osteoartritis es una enfermedad degenerativa de los cartílagos, así como de los huesos adyacentes a las articulaciones. Es común en las rodillas, pero también se puede presentar en el tobillo. Por ende, se encuentra entre las causas por las que nos duelen tanto los pies.
6. Dedo en martillo
Los dedos en martillo son una deformidad que ocurre más frecuentemente en el pie. En ocasiones, también se presenta en los dedos de la mano.
El nombre se debe a que los dedos quedan en una posición flexionada, como si fueran un martillo a punto de golpear. Puede tener orígenes congénitos o desarrollarse posteriormente, por el uso de calzados ajustados.
7. Pérdida de colágeno
Así como sucede en la piel del rostro, el cuello y las manos, también hay pérdida de colágeno en los pies. Sucede lentamente, de manera casi imperceptible.
Comenzamos a notarlo cuando las almohadillas de grasa, en la parte anterior del pie y en el talón, se atrofian y amortiguan menos. Esto se traduce en dolor.
8. Resequedad
Debido a la edad, en los pies sucede lo mismo que en todo el cuerpo: la piel pierde humedad y se vuelve más seca. Esto ocasiona agrietamientos, que además de ser dolorosos, son espacios propicios para infecciones bacterianas.
9. Edema
Se denomina edema a la hinchazón causada por acumulación anormal de líquidos bajo la piel o dentro de los tejidos. Esto ocurre en los pies y los tobillos por una variedad de causas: diabetes, problemas de circulación y estilos de vida sedentarios
No está de más decir que el edema es otra de las causas por las que duelen tanto los pies. Sin embargo, el problema puede ir más allá de un simple dolor, ya que se puede presentar estasis venosa. En este trastorno, la sangre se estanca y se forma de una herida abierta (úlcera).
10. Juanetes
El hallux valgus, llamado vulgarmente juanete, es un padecimiento bastante común, aunque no por ello menos doloroso. Se manifiesta como una deformidad en la articulación del dedo gordo.
Puede deberse a factores hereditarios, que se agravan a su vez por usar calzados inadecuados o zapatos de tacón alto. Asimismo, las personas con poco arco o pie plano son más propensas.
Si duelen tanto los pies, ¿hay que ir al médico?
La pregunta sería ¿qué es demasiado? Tomando en cuenta el factor del tiempo, podemos comenzar por responder que no hay de qué preocuparse si el dolor se resuelve en unos días, tomando un analgésico o incluso sin tratamiento
Pero es menester consultar al médico si se presenta alguna de las siguientes situaciones:
- El dolor dura varios días e incluso semanas.
- No se calma con un analgésico.
- El dolor impide caminar.
- Se presentan mareos, náuseas o fiebre.
Si duelen tanto los pies que se tiene que visitar al podólogo, este comenzará por observar la forma del pie, la manera de caminar y pararse, el calzado usado, entre otros aspectos. Por supuesto, también entrevistará a la persona con respecto a sus actividades y conocerá su historial médico. Eventualmente, se requerirán algunos estudios y exámenes, principalmente radiografías.
La primera medida, común a casi todos los abordajes, es el reposo. La duración del mismo dependerá de qué tanto duelen los pies y por qué duelen. En algunos casos se debe tomar la medida de inmovilizar el pie para evitar el apoyo o un mal movimiento.
Lo siguiente es el consumo de analgésicos y antiinflamatorios de venta libre. En los pacientes con complicaciones más graves se pueden recomendar inyecciones de cortiso
Otras medidas consisten en elevar el pie, usar medias de compresión, colocarse plantillas ortopédicas y zapatos con mejor soporte. Cuando el médico lo considere apropiado se recomendará rehabilitación. La cirugía suele ser la última opción a considerar
Pequeños cambios para que no duelan tanto los pies
Además de las medidas ya mencionadas, hay otras iniciativas que podemos tomar para que no nos duelan tanto los pies. Estas tienen que ver tanto con la actividad física como con la alimentación.
En relación con el primer punto, hay que realizar ejercicios sin impacto. Correr, caminar, senderismo, jugar baloncesto o tenis no son las actividades más adecuadas para quien tiende a sufrir dolores en los pies.
Por otra parte, si bien no existen alimentos milagrosos para curar la fascitis u otras dolencias, una dieta saludable puede ayudar en varios sentidos. Por ejemplo, al bajar el consumo de sal se reduce la acumulación de líquidos
Asimismo, algunos alimentos ayudan a disminuir la inflamación en general. Entre estos se tienen a las nueces, el aceite de oliva, los pescados y los vegetales verdes.
Por último, una dieta saludable ayudará con el control del peso. Y eso impacta directamente en los pies
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